La Dome de Brighton tiene 200 años de historia a sus espaldas. Aunque inicialmente su razón de ser nada tenía que ver con la difusión de la cultura (era el lugar donde la casa real practicaba equitación), en la actualidad acoge más de 600 eventos del mundo de las artes.
Música, teatro, danza, artes visuales… La cúpula toma un papel contenedor, dando apoyo tanto a artistas emergentes como a renombrados, lo que le permite seguir evolucionando, asumir riesgos y ofrecer un trabajo de la más alta calidad.
Desde 1967, la Dome ha sido sede del Festival de Brighton: uno de los festivales de arte más famoso de Europa donde, cada mes de mayo, se recogen las mejores muestras de arte nacional e internacional.
A pesar de ser un punto de referencia en el panorama cultural, siempre ha tenido dificultades para ser identificada con claridad. Además, sin una personalidad definida, convivía con la imagen de un Festival sometido a rediseño en cada edición.
Esta situación les ha llevado a plantearse un sistema unificador que comprendiera tanto el rebranding de la cúpula como la imagen del nombrado Festival, y han escogido a Johnsonbanks (http://johnsonbanks.co.uk/) para desarrollarlo.
En este caso la arquitectura, tan marcada, ha sido la protagonista a la hora de definir la línea gráfica del proyecto. Tomando como punto de partida la entrada al edificio principal y el techo de la sala de conciertos, rescataron los remates que tanto le caracterizan para diseñar patrones geométricos que construyeran una marca única y personal.
Aunque tengo mis dudas sobre la relación de tamaños entre los elementos, la gran D funciona a la perfección como sello, firmando flyers y carteles, pudiendo así unificar la cantidad de material que se genera en este tipo de actividades. Las serifas, reinterpretadas, y el color dorado metálico, nos recuerdan dónde estamos y la herencia que yace bajo la cúpula.
Por otro lado, siguiendo la misma idea, el Festival va a ser representado por una gran F; y con el objetivo de que tenga vida propia, en este caso la F es una Lubalin de serifa egipcia que va adoptando los guiños arquitectónicos en diferentes colores vivos.